La responsable del área de Moda y Lujo de Ontier María Jesús Dehesa ha escrito en la publicación especializada Luxonomy un oportuno y preciso artículo acerca de las “reglas del juego” en ese espacio tan nombrado como desconocido que es el llamado metaverso, que a pesar de, si acaso recién nacido, ya es objeto del interés y la acción del mercado.
Dice María Jesús Dehesa que 'si regular la convivencia de los seres humanos, ordenar su actividad y proteger sus derechos ha sido, y continúa siendo, un desafío en el mundo real que conocemos, imaginemos las dificultades que pueden surgir cuando coexisten la realidad física y la realidad virtual. Hoy por hoy no se concibe el metaverso como un sustituto de la realidad –¿llegará ese momento? −, sino más bien como un universo paralelo en el que podrán desarrollarse todas las actividades que realizamos en el mundo real: estudiar, trabajar, divertirnos, jugar, comprar, vender, mantener relaciones sociales, etc. El metaverso está llamado a ser todo lo que nuestra imaginación sea capaz de crear y la tecnología permita'.El metaverso no debiera convertirse en lo que muchos llaman 'una ciudad sin ley'.
La gran incógnita- indica María Jesús Dehesa- es si existe ya ese marco legal, si existiendo, es suficiente o si, por el contrario, hay que crearlo. Y en tal caso, si debemos aspirar a una regulación de ámbito mundial o hay que optar por la auto-regulación.
Hoy por hoy cada entidad que crea un entorno virtual, lo hace con sus propias reglas de acceso, contenidos, moneda, derechos y obligaciones, sistemas de solución de conflictos, etc., de manera que las especificaciones técnicas, los requerimientos legales, los contenidos, los límites de responsabilidad, son diferentes en cada caso. Basta leer los 'Términos de Uso' de unas y otras plataformas para darse cuenta de ello.
La respuesta a esta pregunta no es sencilla ni unívoca, para la autora ya que ,en gran medida los ordenamientos jurídicos que conocemos están basados en la territorialidad, y el metaverso no tiene fronteras ni territorios.
Además de lo anterior, sobre cada actividad, sobre cada sector de la economía, converge cada vez más un mayor número de reguladores. Es el caso, entre otros, de la industria de la moda y del lujo.
Para María Jesús Dehesa las compañías de este sector tienen que acomodar su actividad a las reglas del juego del mundo de los negocios en general y las particulares que emanan de los derechos de los consumidores, de la ordenación de los servicios digitales, las normas sobre competencia desleal, la publicidad, los derechos de propiedad industrial, derechos de imagen, derechos de propiedad intelectual, la normativa sobre protección de datos, la regulación de la inversión extranjera, la fiscalidad de las operaciones, la ordenación del comercio, las normas antiblanqueo, etc. Y ahora, con la irrupción de las criptomonedas, los criptoactivos, los tokens no fungibles y la tecnología blockchain, sin cuya existencia el metaverso probablemente no existiría, debemos añadir al panorama regulador la nueva normativa que se apruebe en la materia.
Otro de los grandes protagonistas del metaverso es el avatar.¿Tiene derechos nuestro avatar? ¿Tiene obligaciones? En su 'viaje' por los entornos del metaverso, ¿debe nuestro avatar sujetarse a alguna norma de conducta más allá de las que establezca la propia plataforma? ¿y si la plataforma no dispone de reglas para determinadas situaciones? ¿o si tales reglas no son suficientes para preservar nuestro avatar? ¿y qué responsabilidades se derivarían, para quién y frente a quién?
El artículo completo en Luxonomy puede descargarse aquí